Después de una noche viajando en litera dura, llegamos a las 7:00 de la mañana a Pingyao, un pueblín para China, alrededor de 70.000 habitantes, lugar un poco polvoriento pero que bien merece una escapada para visitar la ciudad amurallada, donde entre otras lugares podeis conocer el primer banco de China. Pues bien, nos cogimos un taxi (10¥ ), lo cual nos lleva a comentaros que llegar a una estación de tren con maletas os convierte en carnaza para taxistas, en el sentido de que os va a costar que os pongan el taxímetro e intentarán acordar con vosotros un precio para llevaros al hotel (siempre el doble mínimo). Si esto sucede de noche, encima estareis cansados y con ganas de descansar, así que dificilmente conseguireis un buen precio lo cual tampoco es tan grave, ya que pasareis de pagar 1€ a pagar 2 ó 3€, eso si, cuando te das cuenta, como nos pasó un par de veces, que el hotel al que íbamos estaba a 500 m de donde pillamos el taxi, se te queda una cara de tonto...
Al maravilloso (por fuera) y desastroso (por dentro) hotel al que fuimos le vamos a dar un 3 ya que somos enrollados; las fotos que podeis ver en la web no corresponden con el hotel, ni siquiera la de la fachada, lo único bueno que tiene es que está a solo un kilómetro de la estación. Nos costó una hora de dura negociación obtener una de las mejores habitaciones de este hotel de 4 estrellas que en España no hubiese pasado de 2, os contamos que llevábamos una carpeta con todos los hoteles, sus direcciones en chino, fotos tanto de la fachada como de las habitaciones, horarios de vuelos, trenes,etc..., el cual nos resultó imprescindible en varias ocasiones, así que nuestro consejo es que os hagais uno, eso si sin olvidar una copia en cada maleta por si perdeis alguno.
Mientras Vicky estaba decidiendose (tarea muy dificil), sobre cual era la habitación menos mala, intenté que el personal del hotel nos obtuviese los billetes para el tren nocturno del dia siguiente a Xian, lo cual fue imposible, solo nos conseguian billetes en asiento duro. Ya nos imaginaba a Vicky y a mi con ese pedazo de maletas corriendo por el anden 1 km (ni os imaginais la cantidad de vagones que llevan esos trenes), para coger un sitio y se me ponian los pelos de punta, así que decidimos hacer la gestión nosotros y nos encaminamos a la estación donde nos asaltaron 4 o 5 lugareños ofreciendonos hotel (seguro que mejor que el nuestro), charlamos un rato con ellos ya que uno hablaba un poco de ingles y este fué tan amable que nos acompañó a la taquilla a comprar los billetes que conseguimos para el tren de las 1:45 am, por suerte otra vez en litera dura. (coste billetes 172¥ la vuelta hasta los 200¥ se la dimos a este hombre, a fin de que él y sus colegas se tomasen una cerveza a nuestra salud).
Vamos a dar un poco de nota de color y como detalle de como era nuestro hotel, comentar que el rollo de papel higiénico, y no es exageración, media menos de un metro de largo.Ahí va una foto (ese rollo era todo agujero y papel de envolver).
Con todo esto ya debian ser las 10:00 de la mañana cuando nos dirigimos a la ciudad amurallada, antes de pasar al interior de la misma, debeis sacar los tickets en las taquillas si quereis entrar a muchos de los museos y a un montón de casas (excepto torre del tambor y un par de cosas más), el coste es de 120¥ (12€) por persona, pero de verdad que merece la pena, sobre todo no os perdais el Xietong Qing Museum (justo al lado de la Torre del Tambor)
Una vez hecha la visita volvimos a Pingyao y para seguir recorriendo el casco antiguo, nos sirvieron los tickets del dia anterior para entrar a algún otro museo.
Cerca de la estación encontramos una especie de Kentucky chino, esta cadena se llama Dicos, se encuentra en la misma avenida que el hotel y la verdad que no está nada mal, nos pusimos morados por unos 45¥ , salimos de allí y encontramos al lado un ciber, por lo que entramos y estuvimos hasta las 24:00 conectados descargando fotos, y haciendo un poco de tiempo ya que nuestro tren salia de madrugada. Fuimos hasta nuestro hotel a recoger las maletas y les solicitamos un taxi; misión imposible, y cabreo añadido, ya que nos dijeron que no había problema pero fueron incapaces de conseguirnos uno, así que como no podíamos esperar más, cargamos con nuestras maletas, y con un frio que pelaba nos recorrimos el kilometro de distancia hasta la estación donde tomamos rumbo hacia Xian.
Torre del Tambor al fondo (no merece la pena subir)
Aquí estamos haciendo el canelo y fumándonos una pipa de opio (Hay que probar de todo). Ocasión de disfrazaros los vais a encontrar en un montón de sitios, aquí nos querian cobrar 20¥ por cabeza, al final lo sacamos a ese precio por los dos y nos tiraron unas seis fotos
Como ya os hemos contado en varias ocasiones, todos los museos cierran entre las 17:00 y 18:00 horas, así que al llegar esa hora comimos en un sitio cerca de la torre del Tambor, donde nos tomamos una carne a la Pingyao riquísima aparte de otras cosas por 129¥ .
Despues de reponer fuerzas, visitamos alguna tienda, lo que nos recuerda lo curiosos que son los supermercados chinos, no perdais oportunidad de entrar en los que encontreis y comprar comidas raras para probarlas, eso si, recordar, si un chino os dice que una cosa esta guuda, lo más probable es que no os guste, estais avisados.
18/03/08
18/03/08
Aqui llevabamos el desayuno incluido, solo baje yó a desayunar, ya que Vicky estaba cansada y como sospechaba que el desayuno sería acorde con el hotel decidió que no merecia la pena bajar, prefirió dormir un rato más; yo, más optimista, creyendo que en un hotel tan grande, con tantas habitaciones, el desayuno tenia que ser bestial me animé, lo cual me hace recordar que las mujeres casi siempre tienen razón, al menos la mia.
Pues nada, que bajo todo animoso y me encuentro con un salón enorme (100 mesas mínimo) todo vacio excepto una mesa con 2 sres. desayunando, miro dcha, miro izda y ¡que no hay nada para comer!, de repente una chinita sonriendo me señala una mesa, me siento y al poco vuelve a aparecer con una bandeja en la que trae un bol de sopa, una especie de ensalada de no se que, un vaso de café negro y un platín con dos trozos de bizcocho. A mi es que el café solo no me va, así que cojo mi café y me voy a la cocina donde les pido un poco de leche; después de muchos milk y muuuuus se dan cuenta de lo que quiero y me sacan el bote de leche en polvo con lo que tiro un poco del café en el fregadero y me autosirvo, tras lo que vuelvo a mi mesa y doy buena cuenta del bizcocho (que estaba rico) con el cafetín y me subo a buscar a Vicky tras hacer parada de avituallamiento para coger dos de los maravillosos rollos de papel higienico.
Ese día teníamos previsto visitar la casa donde se rodó la película "La Linterna Roja", si no la habeis visto, procurar verla, a nosotros nos gustó mucho y fue uno de los motivos que nos animó a visitar este lugar. Para ello paramos un taxi en cuanto salimos del hotel y por 100¥ acordamos el paseo (25km de Pinyao, entrada sobre 40¥ por persona, aunque no estamos seguros, ya que no lo apuntamos), en nuestra opinión merece la pena.
Una vez hecha la visita volvimos a Pingyao y para seguir recorriendo el casco antiguo, nos sirvieron los tickets del dia anterior para entrar a algún otro museo.
Cerca de la estación encontramos una especie de Kentucky chino, esta cadena se llama Dicos, se encuentra en la misma avenida que el hotel y la verdad que no está nada mal, nos pusimos morados por unos 45¥ , salimos de allí y encontramos al lado un ciber, por lo que entramos y estuvimos hasta las 24:00 conectados descargando fotos, y haciendo un poco de tiempo ya que nuestro tren salia de madrugada. Fuimos hasta nuestro hotel a recoger las maletas y les solicitamos un taxi; misión imposible, y cabreo añadido, ya que nos dijeron que no había problema pero fueron incapaces de conseguirnos uno, así que como no podíamos esperar más, cargamos con nuestras maletas, y con un frio que pelaba nos recorrimos el kilometro de distancia hasta la estación donde tomamos rumbo hacia Xian.
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